Piercing oral: evalúa sus riesgos

Más allá de las modas, lucir un pendiente en la lengua, el labio, la mejilla o el frenillo (zonas más habituales para los piercings bucales) conlleva riesgos. Riesgos que no sólo están presentes durante la colocación y los días o semanas posteriores, sino que pueden aparecer incluso años después. Desde clínica dental Dr. Leví Cuadrado te advertimos sobre ellos. 

 La lengua, además de ser muy importante para el correcto funcionamiento de nuestro aparato digestivo y para pronunciar y hablar correctamente, tiene una particularidad que no debemos olvidar: por ella pasan muchas terminaciones nerviosas. ¿Cómo no va a tener riesgos perforar esa parte de nuestro cuerpo? 

Entre las complicaciones que pueden darse si no se elige bien el lugar de la perforación, están las infecciones, hemorragias, lesiones nerviosas o problemas de cicatrización. Por eso, si finalmente decides colocar un piercing en tu lengua a pesar de las advertencias odontológicas, debes elegir un especialista homologado. También es habitual experimentar dolor prolongado durante varios días o lesiones en las glándulas salivales. 

Pero si estos son los riesgos a corto plazo, también existen otros a medio y largo plazo. Por ejemplo, por el constante roce o fricción contra los dientes es habitual que se produzca cierto desgaste del esmalte dental que, con el tiempo, puede causar lesiones, traumatismos o roturas en las piezas afectadas. Esto no solo ocurre por los piercings en la lengua, también por cualquier otro pendiente colocado en la boca ya sea labio, mejilla o frenillo. 

Además, es posible que se produzca una alteración de la mordida asociada a la utilización de un piercing oral. Esto ocurre también por el roce ya que el pendiente puede ir, poco a poco, desplazando algunos dientes hasta que se genera un problema de mordida que, después, redunda en un mal proceso digestivo. 

Recomendación: extremar la higiene

Otro riesgo importante de los piercings orales es la acumulación de bacterias por una deficiente higiene. El hecho de contar con un elemento extraño en la boca hace que, al momento del cepillado, no se pueda acceder bien a ciertas partes de la boca. Con el tiempo esto puede causar patologías como gingivitis (inflamación de encías) o periodontitis, así como halitosis (mal aliento). 

Es decir, si una correcta rutina de higiene bucodental con cepillado completo y uso de enjuague dental es siempre una obligación, aún lo es más si tienes un piercing.  

Como te decíamos, ningún odontólogo te recomendaría utilizar un piercing en la boca ya que se trata de un elemento extraño que nuestro cuerpo siempre va a querer expulsar. 

En clínica dental Dr. Leví Cuadrado tenemos esa misma opinión. Y recuerda: estamos a tu disposición si necesitas que evaluemos y te orientemos de manera personalizada. 

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